La importancia de celebrar – Método Son-Rise

El método Son-Rise, del que hablaremos más adelante en futuras entradas, puede integrarse perfectamente en las sesiones de música con tu hijo. Empezaremos hablando de la importancia de celebrar.

Si tu hijo hace algo bien, celébralo con entusiasmo, y, sobre todo, siente esa celebración dentro de ti. Celebra una mirada a los ojos diciendo: «¡Qué bien, muchas gracias por mirarme!«. Celebra cualquier pequeño avance en las sesiones con música por insignificante que pueda parecer. Le ayudará a mejorar su autoestima y a incrementar su conexión contigo y con los demás. Recuerda celebrar con un tono de voz adecuado.

Hay algunos niños que responden de manera diferente a la celebraciones, dejando de hacer lo que estaban haciendo tras la celebración. Si este fuera el caso de tu hijo, entonces baja la intensidad de las celebraciones hasta donde sea necesario. Puedes decir en voz baja, “buen trabajo” o “bien hecho”.

Presentación

Somos Ruth y Jordi, padres de dos maravillosos niños: Oscar y Diego. El pequeño, Diego, fue diagnosticado de autismo a los 2 años y medio de edad. Un autismo regresivo severo que le hizo perder el habla y el contacto visual. Un día descubrimos que su pasión era la música y que, combinándola con el juego, su conexión con nosotros era máxima. Este proyecto nace para ayudar a otros niños como Diego. En el siguiente vídeo se muestra su historia, una historia triste pero llena de esperanza para el futuro.Un fuerte abrazo y una gran sonrisa.


Terapias con Música y Educación Especial

Como fenómeno estético la actividad musical es a su vez una experiencia individual y colectiva que involucra en su hacer cuerpo, mente y espíritu. La conducta musical, en su doble vertiente expresiva y receptiva, involucra una serie de habilidades senso-perceptivas, visuales, auditivas, motoras, emocionales y cognitivas: habilidades y destrezas específicamente musicales (audición, interpretación instrumental y vocal, improvisación, creación y movimiento) que permiten el desarrollo de habilidades y destrezas no-musicales. La cualidad integradora de la experiencia musical y el carácter globalizador de las respuestas del individuo a la música favorecen que en una misma actividad musical se sucedan, en el mismo momento, diferentes procesos de percepción y ejecución que involucran experiencias:

  • Sensoriales: oír, escuchar, reconocer y discriminar sonidos y/o música
  • Motrices: ejecutar instrumentos, moverse con música
  • Emocionales: expresar estados de ánimo y/o sentimientos
  • Cognitivas: atención, concentración, memoria, análisis y síntesis
  • Sociales: participar en actividades musicales colectivas, respecto a la producción sonoro-musical de otros sujetos, etc.

La investigación en las áreas de Neurociencias-Música, Psicología de la Música y Educación Musical aportan estudios que avalan, desde diferentes perspectivas, la utilidad de práctica musical y de la educación musical para el desarrollo integral del individuo (Blood y Zatorre, 2001; Costa-Giomi, 2005; Hargreaves, 1999; Julin y Sloboda, 2001; Kratus, 1993; Krumhansl, 2002; Madsen, 1979; Nawrot, 2003; Schellenberg, 2004; 2005), quedando demostradas las diferencias estructurales entre el cerebro de los músicos y los no-músicos (Schlaug, 2001; 2005). Siguiendo los resultados de estos estudios, puede decirse que participar en actividades musicales favorece el desarrollo potencial de habilidades que involucran diferentes ámbitos:

  • Ámbito Sensorial – Psicomotor: habilidad y agilidad motriz fina y gruesa, coordinación de movimientos, lateralidad, relaciones temporo-espaciales, dimensión espacio-temporal del cuerpo, conocimiento del esquema corporal, mejora los reflejos y el equilibrio potenciando la seguridad en uno mismo.
  • Ámbito Psico-Emocional: favorece la expresión de estados de ánimo, el despertar la fantasía, fomenta la emotividad, desarrolla la sensibilidad, mejora la autoestima y la autoconfianza, permite liberar tensiones, mantener el autocontrol y la disciplina.
  • Ámbito Cognitivo: mejora la capacidad de atención y de observación, el discernimiento, la comprensión, la concentración, favorece una mejora en la capacidad general de percepción, estimula la imaginación, mejora la memoria, la unión de palabra-ritmo como iniciación a la música mejora el lenguaje, la vocalización y pronunciación.
  • Ámbito Social: favorece la integración en un grupo y la adaptación a una situación colectiva, enseña a escuchar, a esperar turnos, a perder, a colaborar, a respetar al otro, fomenta hábitos de orden, responsabilidad, respeto y cooperación.
  • Ámbito Ético-Trascendental-Espiritual: desarrolla la valoración y el respeto por las manifestaciones artísticas propias y ajenas y desarrolla la capacidad de disfrutar de la belleza, la sensibilidad, el sentido artístico y la creatividad.

Fuente. Intervención musical en el alumnado con necesidades educativas especiales: delimitaciones conceptuales desde la pedagogía musical y la musicoterapia. Patricia Sabbatella Riccardi